1- ¿A qué edad te iniciaste en el mundo de la guitarra? ¿Puedes hablarnos un poco sobre tus comienzos?
A tocar la guitarra, allá por los 14 años pero la verdad es que no me la tomé en serio hasta los 18 o 20, que fue cuando empecé a dar los primeros pasos en el toque flamenco con la ayuda de un par de personas que sabían un poco, pues habían sido alumnos de un señor malagueño que vivió en Chile pero regresó a España en el 74. Estos dos amigos no eran profesionales, pero sabían lo que yo ignoraba.
Ellos tocaban la música flamenca de la época, Sabicas, Ricardo, un poco de Andrés Batista y para crecer teníamos que valernos de los medios que teníamos entonces: vinilos y cassettes que de tanto tocarlos, los dejábamos hechos una miseria pero era lo que había.
Ya después armé un grupito pequeño con un cantaor y una pareja de baile y esa fue la mejor escuela, pero como te digo los medios eran muy precarios y lo que más me ayudó para empezar a entender cómo era esto fue tener una formación musical sólida y mucho entrenamiento auditivo. No fue fácil, pero recuerdo todo eso con mucho cariño.
2- Con tu experiencia, ¿qué consejos le darías a los jóvenes que se inician en el mundo de la guitarra?
Que nunca, pero nunca, crean que ya lo saben todo y que no hay nada más que aprender de nadie porque todo está en YouTube. Esa plataforma ofrece cosas muy valiosas, pero también muchísimas que no valen nada, porque “sacar” una falseta de alguien famoso es una anécdota, no una enseñanza.
Siempre digo a mis alumnos que si tocan una soleá de 6 minutos pero no pueden hablar con propiedad de la soleá por los mismos 6 minutos, es no saben lo que están haciendo: solo están imitando.
Y lo otro: que no hagan caso alguno a quienes les digan que si saben música no son flamencos. Que no tengan miedo de estudiar música, porque eso les ayudará más de lo que imaginan. Ya pasó el tiempo de las frases “románticas” y los mitos pueblerinos.
3- ¿Qué opinas de los concursos flamencos?
Asumo que son un mal necesario pues permite a los jóvenes darse a conocer. Muchas veces son el punto de partida, pero yo no soy partidario de ningún tipo de concurso de arte, cualquier arte. Es imposible y carente de sentido evaluar y calificar una expresión personal, que en sí misma viene con una carga emocional y afectiva intransferible y a la vez insondable como para decir “este es mejor que aquél, le otorgo tal puntaje”.
Por lo mismo veo que hoy los jurados de todo tipo de concursos, los flamencos incluidos, se fijan en la técnica mucho más que en los contenidos, sobre todo en algunos en que de pronto ni siquiera ha habido un guitarrista en el jurado.
4- Que no aparezcan los guitarristas en una programación de flamenco ¿qué opinas?
Mira, a mi eso me irrita seriamente, como cualquier falta de respeto. Porque eso es lo que es. Lo vengo diciendo desde hace como 18 años y lo seguiré diciendo porque la falta de respeto va a seguir ahí, muy vigente. Un guitarrista flamenco que se precie de serlo, tiene que, primero, tocar medianamente bien y saber lo que hace.
Luego, tiene que poseer conocimientos de los cantes y su estética para poder acompañar, pero además tiene que conocer los códigos del baile para trabajar en una compañía y resulta que en general –hay excepciones- los cantaores ni se enteran de cómo funciona la guitarra y la gente del baile –aquí también hay honrosas excepciones- ni siquiera saben cómo pedirle al guitarrista lo que necesita y entonces le dicen cosas como “aquí hazme ese tarán-tarán-tarararán que me encanta”.
Pero a ver ¿qué es eso, por favor? Y si algo les sale mal, siempre es y será culpa del guitarrista, entonces mira tú, que el guitarrista tiene que saber de todo para trabajar con gente que solo sabe de lo suyo y sin embargo es el que siempre está en el sótano.
Y luego resulta que sin la guitarra lo que puedes cantar o bailar es poco, no da para mucho rato y un festival sin guitarristas no es posible, un disco tampoco, pero o se los menciona en caracteres siempre muy menores, a veces apenas visibles, o abiertamente se les ignora. ¿Es justo eso? ¿Es más importante el pregonero de un festival que los músicos que acompañan a cantar y bailar? Un festival sin pregón es perfectamente posible, pero ¿es igualmente posible sin guitarristas?
Cuando hablo de esto, siempre hay personas me han dicen que “esto está cambiando”. Tal vez, pero parece que el proceso es tan lento que no se percibe.
Perdona que me extienda, pero tengo que decir que en esto las culpas son compartidas a partes iguales entre los propios guitarristas que no hacen mucho por mejorar su ponderación en el sistema, los artistas a los que acompañan, los que organizan los eventos y los que diseñan los carteles.
Pero ¿sabes qué hace alguien que tiene un restaurante famoso? Simple: trata muy bien a su chef porque sin él, el restaurante se acabó. A buen entendedor…
5- ¿Valoramos la guitarra como merece aquí en España?
Tiendo a creer que en alguna medida la guitarra clásica posiblemente sí, pero la flamenca está claro que no. Los mejores guitarristas de allí siempre tienen que ir al extranjero para hacer sus conciertos porque en España no hay lugar para ellos.
Muchos de los grandes tienen que alternar presentaciones como solistas con trabajo con un cantaor o en compañías y entonces, cuando el personal se cambia de ropa entre un número y otro, tienen un espacio para hacer uno o dos solos de toda la música que han creado y que generalmente está grabada en un disco estupendo que tampoco tienen oportunidad de mostrar.
6- ¿Cuáles son tus fuentes de inspiración?
La guitarra y la música en sí mismos. Ya estoy en una edad en que no hay eso que denominamos fuentes de inspiración. Creo que con los años se pierde un poco la capacidad de asombro y lo que hago, lo hago por una necesidad expresiva, por una inquietud exploratoria, por las ganas de decir algo con la guitarra porque lo que más me gusta es componer y desde ahí siempre estoy buscando algo, pero dentro de mi propio equipaje, con todas sus limitaciones.
7- ¿Qué puedes contarme de Manolo Sanlúcar?
Que es el músico flamenco más grande y menos comprendido de la historia del flamenco. Porque el flamenco es música, antes que cualquier otra cosa, pero no hay ganas y muchas veces capacidad, para entender la obra de Manolo.
Es una obra a veces muy densa para el que solo entiende de “soniquetes”, letras y biografías. Ese no escucha a Manolo Sanlúcar y presume de adorar al maestro Paco, pero en el fondo tampoco entiende de su música algo más que la técnica deslumbrante. Y Paco también era mucho más que eso.
8- ¿A qué guitarrista le tienes una gran admiración por su trabajo?
A todos los que tocan bien y tienen algo propio que decir. La lista sería larga y sospecho que ya estoy hablando mucho.
9- Actualmente, ¿cómo te encuentras? ¿algún proyecto en mente?
Sigo con mis clases y conciertos, que no son muchos porque si no llevas baile las puertas que se abren son pocas: los programadores parecen estar convencidos de que lo que define al arte flamenco es el baile, no la música que se baila.
Hace tres años hice el último disco y aseguré que sería eso, el último, pero estoy componiendo y por ahí han salido algunas cosas que creo que valen y tal vez hasta puede que revise esa posición. Si veo que es posible, haré uno más.
10- Un cantaor.
Hoy, Marina Heredia.
11- Un guitarrista.
Muchos, pero si me pides solo un nombre, hoy, José Manuel León.
12- Un bailaor.
Eva Yerbabuena.
13- Un Percusionista.
Tino Di Geraldo.
14- Un Músico.
Jorge Pardo
15- Carlos, ¿Qué añadirías a esta entrevista?
Nada, nada, ya hablé mucho y si tienes que recortar algo lo entenderé, pero es culpa tuya, Marco, abriste la llave con algunas preguntas. Solo mi agradecimiento a cienxcienflamenco por interesarse en lo que yo pudiera decir. Un abrazo grande a todos.
NOMBRE COMPLETO: Carlos Ledermann Arias.
NOMBRE ARTÍSTICO: Carlos Ledermann.
FECHA DE NACIMIENTO: 28-2-1955.
LOCALIDAD O PROVINCIA: Santiago, Chile.
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Entrevista realizada en 2018.
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Muchas Gracias por tu atención Carlos, saludos.
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