1- José Luis, ¿A qué edad iniciaste tus estudios de guitarra flamenca? ¿Podrías hablar de tu juventud como guitarrista?
Tuve mi primera guitarra cuando tenía apenas tres meses de edad. Casi no puedo recordar mi infancia sin una guitarra cerca. Mi primer maestro fue un aficionado de Huelva, tendría unos 9 o 10 años y poco después tomé clases con Antonio Sousa, un guitarrista que tocaba en los Festivales de Cante; con él viví de cerca el mundo de los artistas y me inculcó mucho el amor a la guitarra y al cante flamenco. Fue cuando tenia 15 años que conocí al Maestro Mario Escudero, que fue realmente mi Mentor. Mario me dio un legado único y sin precio, al mostrarme la Historia de la Guitarra Flamenca a través de sus enseñanzas.
Mi juventud se hizo entre conciertos de guitarra solista visitando muchas ciudades de España y del Extranjero al modo antiguo y también tocando para el cante en las Peñas Flamencas y Festivales de le época. En aquel ambiente de las Peñas, en Huelva, compartí escenario muchas veces junto a Niño Miguel, querido y admirado, y quien marcó mi vida en muchos sentidos. También fue momento para medirme con mis compañeros en los concursos.
En aquellos años pude acompañar a legendarias figuras del flamenco como La Niña de la Puebla o Manolo Fregenal, o artistas del momento como el Pele, José Mercé o Carmen Linares. Al mismo tiempo, fui iniciándome en la guitarra de acompañamiento al baile gracias al Maestro Manolo Marín. Otra parte de mi juventud fue tocar junto a la Coral Sta. María de la Rábida, con la cual aprendí mucho del folklore de Andalucía y de la música clásica.
2- ¿Podrías explicar tu forma de estudiar y practicar la guitarra? ¿Qué tiempo le dedicas?
No tengo una forma sistemática de estudiar, nunca la tuve. Está claro que la guitarra exige horas y horas de estudio, pero para mi era un divertimento. Nunca me ha dolido tocar por horas y horas. Hice mi técnica al tiempo que estudiaba matemáticas o historia en el colegio y nunca me sentí obligado.
Hoy en día, “pregunto” a mi guitarra como se siente antes de empezar a estudiar. A veces puedo estar 7 u 8 horas con la guitarra en las manos, y otras, sencillamente afino, toco un par de estudios y la recojo, porque “ella, ese día, no tiene ganas de sonar”.
3- Con tu experiencia, ¿Qué consejos le darías a los jóvenes que inician sus estudios en el mundo de la guitarra?
Lo primero es conocer el cante bien. Si te gusta la guitarra flamenca, el cante es la clave de muchas preguntas, de casi todas. Si no estás en Andalucía, busca quien te ayude, un viejo aficionado, un amigo o un maestro.
La técnica se hace repitiendo, estudiando y tomando conciencia de lo que haces. Estudiar sin conciencia es como no hacer nada.
Algo vital para ser artista es ser honesto. Somos lo que somos, tenemos lo que tenemos. Engañar para que?
4- José Luis, ¿Qué opinas de los concursos de guitarra?
Los concursos sirven para medirnos con otros guitarristas y pueden ayudar a la superación del individuo. Sin embargo, ninguna decisión en un concurso es determinante de la carrera de cada concursante. Por eso, creo que cumplen la función de incentivar al guitarrista joven y darle visibilidad. Eso si, los guitarristas deben saber que nada en un concurso es definitivo para su carrera. Solo el trabajo diario te lleva a crecer artísticamente.
5- Antes de una actuación, ¿cuáles o quiénes son tus inspiraciones?
No suelo ser de mucho “ritual” antes de tocar, pero me gusta tomarme unos minutos a solas, en silencio y, si es posible, a oscuras, para respirar, cerrar los ojos y pedir a mis ancestros y maestros que estén conmigo y visualizar lo que voy a hacer.
El enfoque y la concentración son muy importantes para mi, en el sentido en que entiendo mi trabajo como una puerta abierta a las emociones y a la esencia humana; Las manos deben seguir a la emoción y la mente debe fluir. Por esto es que me gusta tomar estos minutos.
6- José Luis, ¿Cuáles son tus referentes en el mundo del flamenco?
No soy hombre de buscar un solo referente como inspiración. Evidentemente, para mi generación, Paco de Lucía fue un icono y un artista único e irrepetible. Para mi, además, existen muchos referentes. En la Guitarra: Mario Escudero (por supuesto), Niño Miguel, Manolo Sanlúcar, Ramón Montoya, Ricardo, Sabicas, Riqueni… Igual con el cante: Morente, Camarón, Caracol, Fernanda de Utrera, Chacón o Tomas Pavón. Pero igual tengo referentes no flamencos, como Bach o Pink Floyd, como Prince, Tom Jobim o Elena Burke. No busco en un solo referente, porque cada momento de la vida pide algo diferente.
7- ¿Cómo ves actualmente el mundo de la guitarra?
Sinceramente, creo que la técnica de la guitarra flamenca ha llegado a un momento de gran calidad y es muy competitiva. La influencia de técnicas, sonidos y estilos es muy grande, gracias a lo fácil de la comunicación hoy día. Sin embargo, quizás echo en falta más personalidad, no quiere decir que no haya, pero no es tan común. De todas formas creo que son épocas de búsqueda. La guitarra flamenca irá tomando nuevos rumbos y creo que serán tan buenos o más que los que conocemos.
Por otro lado, viendo el mundo desde fuera, como es mi caso, me doy cuenta que muchos guitarristas del mundo no son aficionados al cante y eso los limita mucho, porque pierden, en sus composiciones, el sentido y el carácter de los estilos flamencos.
Y, por otro lado, también veo muchos y muy buenos guitarristas extranjeros que no tienen voz en España, y que deberían tener alguna oportunidad.
Por último, y como parte de la actualidad del Flamenco, pediría a quienes manejan hoy día los circuitos flamencos y festivales, que empiecen a dar espacio a la guitarra, que siempre queda relegada a un segundo plano, con muy pocas excepciones (y eso que España es el país de la guitarra). Abrir nuevos espacios para la música flamenca es un trabajo por hacer, tanto en dentro como fuera de nuestro país. Lo mismo ocurre con las otras disciplinas, pero en este caso hablo de la guitarra. Presentar el flamenco en los escaparates de las grandes producciones no abre nuevas redes, solo es una visión comercial de lo que es nuestro arte.
8- ¿Puedes hablarnos un poco con quién has compartido escenario y algún hecho que te haya marcado en tu carrera cómo guitarrista?
Sería injusto nombrar a unos y no a otros. Ha habido muchos momentos especiales en mi vida como guitarrista… tocar con La Niña de la Puebla, que Camarón me pusiese una falseta en un camerino, tocar un concierto para Cantinflas o frente a Sabicas… Mi primer concierto en N York, mi debut con Cristina Hoyos, mi experiencia con Belén Maya o el estreno de mi última obra sinfónica “Avalon”. Cada uno de esos momentos marcaron mi carrera. Son experiencias de vida, experiencias creativas, emociones y sentimientos.
Pero creo que, además de las experiencias en el escenario, hay experiencias que me marcaron mucho en mi forma de tocar: Las muertes de Mario Escudero, de mi padre y de Niño Miguel, el exilio a los Estados Unidos, el encuentro con las enseñanzas sufíes y el misticismo.
Uno no es sino un cúmulo de instantes vividos, un resultado de muchas experiencias pequeñas y grandes, positivas y negativas.
Reflejar todo eso en el arte es un reto y una necesidad.
9- Actualmente, ¿cómo te encuentras?
Como sabes, acabo de cambiar mi nombre artístico, por motivos de marketing y publicidad, y, al mismo tiempo, haciendo homenaje a mi madre, de quien he tomado su segundo nombre. Esto me tiene ahora en medio de la campaña de promoción y hemos aprovechado para lanzar el disco “Escenas de Yerma”, que compuse en 2003 para Cristina Hoyos y el Ballet Flamenco de Andalucía.
En estos momentos me siento feliz porque se han cumplido algunos sueños como estrenar “Avalon: Suite para Guitarra y Orquesta”, que ha sido un proyecto con un proceso intenso y de mucho trabajo.
Llevo unos meses diseñando y componiendo la música para la película “Finding Compás” de la directora Kathy Douglas, un proyecto donde colabora el gran bailaor Farruquito.
También estoy metido en dos grabaciones en las que voy a colaborar, una de música sefardí junto a la cantante Susana Behar y la otra de folklor de la provincia de Huelva junto al cantaor onubense Eduardo Garrocho.
Además de esto, ya estoy preparando un nuevo proyecto para 2018 en el que voy a unir mi música con una voz no flamenca y con poesía; Me acaban de dar la noticia hace unas semanas de que estoy nominado para el premio US Artists 2016, que es un premio concedido por especialistas en las artes en todo Estados Unidos y, según me cuentan, soy el primer artista flamenco nominado en la historia de estos premios, por lo cual me siento muy honrado.
Y pronto, si todo se da bien, quiero comenzar a grabar un nuevo disco con mis nuevos temas. En general, como puedes imaginar, me siento feliz porque siento viva mi inquietud creativa y mis ganas de tocar.
10- Y para finalizar, ¿qué puedes contarme del Niño Miguel?
Conocí a Miguel cuando tenia apenas 8 o 9 años. Mi padre trabajaba como doctor en el Psiquiátrico y atendió algunas veces a Miguel. Yo, que iba a veces a jugar allí, me hice amigo de él, porque le gustaba jugar al fútbol con los niños. Fue mucho después, cuando tocaba en la Peña Flamenca de Huelva, que empecé a verlo como guitarrista. Le gustaba improvisar en el camerino y hacer rondas de falsetas a partir de una base, así, íbamos “complicando” y alargando el material. No tenía miedo a nada y música era un alarde de técnica, virtuosismo y fuerza arrolladora.
Muchos años después lo vi en la calle. Estaba tan delgado, casi como un cadáver, se le habían caído varios dientes y su ropa evidenciaba que lo había calado la lluvia del día anterior. En un momento de lucidez, después de darle un abrazo y un café me dijo…”no me quiere ni mi madre, no tengo donde ir”… eso me rompió el corazón. Ver a Miguel deshecho, roto, con una guitarra desnuda, sin la mitad de las cuerdas, derrotado por los años viviendo en la calle, frágil por la esquizofrenia paranoide sin tratamiento y casi muerto por las drogas que, en un momento dado le dieron para “calmar el dolor”….todo aquello me deshizo.
Un par de años mas tarde de aquel día le hicieron un homenaje; Consiguieron sacarlo de la calle, pero…ya era tarde… una leucemia, que se pudo controlar unos meses más… y al final la velita de su vida, se apagó. Muy poco tiempo para vivir decentemente…ahora todos hablan de él como una leyenda, pero deberíamos recapacitar y pensar cuantas veces vimos a Miguel por la calle, tocando en un bar o caminando como un fantasma y no hicimos nada.
12- José Luis, ¿Qué añadirías a esta entrevista?
Quisiera añadir, a modo de filosofía de vida y de trabajo, que nuestro trabajo de artistas tiene una función importantísima, que es conectar al ser humano consigo mismo, con la Tierra y con el Universo. Esto es una responsabilidad que debemos llevar con generosidad y amor. Hay artistas que lo llevan consigo sin saberlo, y otros toman conciencia de ello.
Cada vez que tocamos la guitarra, en nuestro caso, nos “afinamos” para abrir esta puerta. Sin embargo, esta responsabilidad no debe ser una carga, sino que debe integrarse en nuestra vida.
Esto, para mi, es importante, y también lo es el relacionarnos bien con el instrumento. Vivir sufriendo por conseguir tocar mejor, mas rápido o con mas técnica, solo nos llevará a sufrir constantemente. Es necesario liberarnos de la carga de ser mejor, ganar más o de compararnos con otros y replantearnos qué es el éxito y qué significa mejorar.
Nombre real: José Luis Rodríguez García de la Torre
Nombre artístico: José Luis de la Paz
Fecha de nacimiento: 27 – Febrero – 1967
Localidad / Provincia: Chaouen (Marruecos)
Discografía:
“Compilation Select” (2002)
“10X1” (2011)
“Flamenco Abstractions” (2011) – flamenco experimental
“Escenas de Yerma” (2016)
Entrevista realizada en 2018.
Más entrevistas en nuestra sección.
Muchas Gracias por tu atención José Luis, saludos.
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